miércoles, 20 de julio de 2011

Eran largas charlas, cálida su contención, imaginarios sus besos, y los míos. Discusiones, reconciliaciones pero por sobre todo: distancia, la que nos separaba el uno del otro.
Recuerdo una llama, que se encendía cada vez más, pues nosotros la alimentábamos, una llama que brillaba, una que se podía distinguir a lo lejos, la misma que un día se fue desvaneciendo poco a poco hasta apagarse, finalmente lo hiso... cenizas? sólo quedaron en mí, él pudo volver a encender otra, en un alma que no era la mía.
El tiempo pasó,  pude aprender a excluir las cenizas, y fue ahí donde dos vidas que estaban juntas, fueron por lados distintos. Horas, días y meses pasaron, volvimos a hablarnos, diferentes eran las palabras, yo con un fracaso más tras la espalda, él cargaba una vida llena de melancolía.
El lapso no fue mucho hasta que volvimos dialogar, yo con un 3er fracaso, él con una vida ajena a la de tiempo atrás. Nunca más fue lo mismo... yo encendí otra llama en la persona equivocada. Él por su parte está libre. Busco una respuesta, qué hacer? cómo? cuándo?. Alusiones que atormentan mi presente, no me dejan pensar, me siento desorientada, exhauta. Las palabras no salen de mis labios ya que ni siquiera puedo mirarlo a los ojos. Lo único que queda es...herirme pensando en él.

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